Con desagradable sorpresa recibí anoche la noticia del fallecimiento de Mauro Viale.
Me causó tristeza y desazón.
Hace tiempo que Mauro con sus programas me acompañaba en las tardes, desde las cuestiones políticas en épocas de elecciones, hasta las económicas de actualidad, o inseguridad, o los casos resonantes con el de Candela, Axel Blumberg, Ángeles Rawson, Fernardo Baéz Sosa, y tantos otros….
Nunca me “siento” a ver televisión durante el día… es como “no hacer nada” para mí… por eso es que hago alguna actividad y de paso veo , -salvo a la noche cuando me acuesto a disfrutar una serie de Netflix-.
Como me encantaba su Programa, me las ingeniaba para pintar piedras, o planchar u ordenar documentación u otras cosas, en ese horario, y lo veía cada día.
Me acompañó todo el año pasado con la pandemia y seguía este año.
Me interesaba la cantidad de científicos y médicos que consultaba, además de las permanentes conexiones con periodistas de muchos otros países, viendo su Programa me enteraba de todo lo actual, de todo.
Daba espacio a todas las ideas políticas y aunque daba su opinión, no “destilaba veneno” como tantos medios de un lado u otro de la grieta…buscaba al fondo de las cuestiones…y daba a todos un lugar para expresarse, sus programas eran entretenidos. Se notaba que amaba su trabajo.
En momentos (según mi impresión) era «insoportable» tanto para sus compañeros como para sus entrevistados… y –salvando las distancias- lo veía como el Tábano que describe Platón en su Apología, sobre Sócrates, él punzaba el “aguijón” para lograr que se diga todo, que se explique todo, que se muestre todo. Su ser «insoportable» tenía un claro objetivo, y éramos nosotros, su audiencia.
Durante toda la pandemia, y aún antes de se tomara verdadera conciencia de lo que se venía, él estaba ocupado y preocupado, él instaba a cuidarnos, y explicaba cuánto se cuidaba, realmente le temía a este virus, lo decía siempre.
Era muy perceptivo, e inteligente, quizá percibía desde algún lugar que con esta pandemia le llegaría la muerte…
Sé que no soy quien para evaluar profesionalmente a un periodista, pero sí se, que como una simple persona que le interesa informarse y escuchar todas las voces, sí puedo evaluarlo, admirarlo, y lamentar su pérdida que deja un hueco difícil de cubrir en la Radio y Televisión argentinas…
Que Dios lo reciba en su seno, en mérito a su ser de familia, y a su integridad…
Magali Di Croce
