La Tabla de la Abuela, por Magalí Di Croce

La cocina de la abuela Victoria era dinámica, siempre había algo cocinándose, o en preparación o expectativa.
Yo creo que su cocina tenía vida propia, vida que  encendía la abuela….
A su vez era tranquila -como la abuela- , nunca acelerada, porque empezaba a organizar las diferentes comidas, varias horas antes …
Y entre los utensilios de esa mágica cocina, los que más recuerdo son: la pava -siempre humeante-, sus ollas de aluminio, la planchuela, la tabla de hacer pastas…y la tabla de picar.
La tabla de picar verduras y/o carne estaba instalada siempre en su mesada, inamovible…
Ella amaba las ensaladas de todo tipo, así, cada día, en la tabla picaba repollo de los dos colores, tomates, zanahorias, cebolla, morrones, ajo y muchísimas más verduras y hortalizas.
También picaba carne a cuchillo cuando hacía el pastel con masa de hojaldre, – que era un manjar y nunca más comimos en la familia desde que ella partió-.
La tabla era mucho más que un simple elemento de cocina, la tabla era como un ícono de su exquisita y cálida cocina.
Después de que partió la abuela, -el abuelo ya había partido años antes- mamá y los tíos dejaron la casa tal cual durante diez años…les costaba desarmarla, sacar sus cosas, al final de a poco lo fueron haciendo, y se llevaron, cada uno, diversos objetos que los recordaban, yo les pedí la cómoda que me traía recuerdos de la niñez, ( Puedes ver el Texto «La casa de los abuelos Nicolás y Victoria acá,donde menciono esa cómoda ) y el tío Dante entre otras cosas, se llevó nada más y nada menos que la tabla de picar. A él, ese utensilio, le recordaba a su mamá.
Pasó el tiempo y Dante, le pidió a su sobrina -por parte de la tía Élida- Gaby Romano, que pinta maravillosamente, qué le pinte el rostro de la abuela en la tabla.
Gaby la pintó hermosa, de una foto de cuando la abuela era más joven.
Hace unos dos años, el tío Dante que siempre estaba haciéndome algún regalito o atención, me habló de esa tabla y me dijo que algún día me la traería…
Cuando el tío partió, Vivi, como una albacea impecable, me dijo: “ -Maga, papá quería que tengas la tabla de la abuela, te la voy a llevar-”.
Este 2 de agosto, después de mucho tiempo sin visitarnos por el aislamiento, Vivi vino a casa en mi cumpleaños, y además de un regalo, me trajo el aromo que cada año me traía Dante, y también la tabla de la abuela.
Al rato estaba colgada en mi cocina,

Me encanta tenerla.

Me encanta pasar cerca y mirarla.

O sentir que me mira.

Disfruto de haberla recibido, porque no es solo un objeto, es la tabla de la abuela, la que guarda el encanto de su mágica cocina y todo lo que nos brindaba a través de ella.

No es sólo un objeto, tiene el arte de Gaby inserto en ella, y sobre todo tiene el amor y la generosidad de Dante que supo valorar las pequeñas -inmensas- cosas de la vida, y compartirlas…

  Magalí Di Croce

Fuente: https://sancayetanoprovinciadebuenosaires.blogspot.com/2021/08/la-tabla-de-la-abuela-por-magali-di.html?m=1 

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